Bitcoin, la criptomoneda líder del mercado, se encuentra en el centro de una conversación sobre la escasez de activos digitales. Con solo 21 millones de Bitcoins disponibles en total, su distribución equitativa entre la población mundial parece cada vez más improbable. Si se repartieran de manera justa entre los 332 millones de habitantes de los Estados Unidos, cada uno obtendría aproximadamente 0,063 Bitcoin o 6,3 millones de Satoshi. Sin embargo, a nivel global, esta cantidad se reduce a tan solo 0,0026 Bitcoin o 260,000 Satoshi por persona, lo que equivale a menos del 0,3% de la población mundial.
Estas cifras de distribución no tienen en cuenta factores como los Bitcoins no emitidos, aquellos inaccesibles o incluso los posiblemente poseídos por el misterioso creador de Bitcoin, Satoshi Nakamoto. Además, hay individuos e instituciones que ya han acumulado cantidades significativamente mayores de Bitcoin, lo que aumenta aún más la escasez percibida de la criptomoneda.
Actualmente, un millón de Satoshi tiene un valor de alrededor de 267 dólares, y solo una cuarta parte de la población mundial podría algún día poseer esta cantidad del bien más escaso y valioso del mundo. A medida que la adopción de Bitcoin continúa creciendo, aspirar a ser un “millonario de Satoshi” se convertirá en un objetivo cada vez más desafiante.
Esta inmutable escasez de Bitcoin no solo la convierte en un activo valioso, sino que también está destinada a redefinir la economía global. A medida que más personas buscan obtener incluso pequeñas fracciones de Bitcoin, la criptomoneda podría tener un impacto significativo en la forma en que vemos y utilizamos el dinero en el futuro. El mundo se encamina hacia una nueva era financiera, donde la escasez de Bitcoin desempeñará un papel fundamental.